No es realista suponer que una empresa logrará el éxito sin establecer primero sus valores comerciales. Estos son como el ADN de los negocios, aquellos que tienen un impacto positivo y definitivo en la experiencia del cliente. Decidir cuáles identificarán tu iniciativa es muy importante. Porque hablarán por sus fundadores sobre sus creencias, metas y la forma en que lidiarán con los problemas. Tomar decisiones empresariales sin estos valores no es ser fiel a la imagen concebida en un principio. Pero, ¿qué son los valores empresariales y por qué son tan importantes?

Valores empresariales: significado e importancia

Una empresa cuya gestión parece inconsistente en sus decisiones es un ejemplo clásico de falta de valores comerciales. Es por ello que son considerados como estándares fundamentales impuestos para orientar la forma de hacer negocios. Son los que representarán a una empresa e influirán en su cultura organizacional.   ¿Por qué son tan importantes? Establecer valores de negocio en tu empresa te servirá para tener una perspectiva clara de quién eres, y estimulará al personal a cumplir los objetivos. También ayudará a evitar diferencias de opinión entre los empleados y a estar abierto al cambio y a nuevos talentos.

Valores empresariales indispensables

Cualquier tipo de empresa, en cualquier sector del comercio que sea, necesita tener valores empresariales capaces de guiarla. A veces, incluso su imagen estará estrechamente relacionada con ellos, lo que será algo positivo. Hacer que su negocio sea reconocido por su responsabilidad o integridad es el tipo de publicidad que cualquier negocio necesita. Mucho más, si se tiene en cuenta que las buenas o malas experiencias de trabajadores y clientes se pueden encontrar con unos pocos clics en Internet.

¿Cuáles son algunos de los más comunes?

1. Confianza

Cuando trabajas en una iniciativa en la que puedes confiar, el rendimiento será uno de los mejores posibles. Necesitamos confiar y creer realmente en dónde invertimos nuestros esfuerzos. A la hora de emprender este es el primer concepto a imponer y dar a conocer a quienes colaboran con nosotros. En consecuencia, habrá una excelente calidad de relaciones dentro del negocio, con dinámicas fluidas y eficientes. Esta es la razón por la cual al construir una empresa, si se gana la confianza de sus clientes por la calidad de sus productos o servicios, creará un precedente alentador para la compra, sin importar cuán pequeña sea.

2. Responsabilidad

Un emprendedor debe ser consciente de las decisiones tomadas en el curso de la gestión empresarial. Dignificar sus acciones y enfrentar las consecuencias que conllevan hace que un negocio sea exitoso. La responsabilidad es un valor empresarial que se dirige interna y externamente. Debe darse a los empleados y clientes. Para ello, habrá que imponer ciertas reglas para ser respetadas, sin embargo, sus resultados serán innegables.  

3. Pasión

¿Qué sería de este mundo sin pasión? La pasión juega un papel esencial en cualquier emprendimiento. Ese deseo y motivación por hacer algo diferente e innovador, son el motor con el que más arrancan. Es posible que falten otros recursos, pero cuando hay pasión por lo que se está haciendo, eso motivará a las personas a obtenerlos. Una vez que el trabajo ha comenzado, tampoco debe olvidarse. Debe reflejarse en su comportamiento y continuar siendo nutrido.

4. Integridad

Su negocio necesita ser presentado tal como es, no pretender ser algo que no es. Eso es integridad, como un valor fundamental. También necesitas introducir un código moral que regule tus actividades. La consistencia debe estar presente para convertirse en integridad empresarial. Y cuando las acciones hablan por sí mismas, la integridad se beneficiará.

5. Transparencia

Otro valor que debe abordarse es la transparencia. Cuando una empresa es veraz, asertiva y sincera en sus intenciones, nacerá la confianza, así como una conexión duradera entre clientes / empleados. Construye una imagen positiva que es difícil de crear, pero igual de fácil de dañar. Por ejemplo, ser abierto con datos o declaraciones de interés colectivo en la empresa es un ejemplo de cómo ser transparente.

6. Apertura al cambio

Vivimos en un mundo en constante cambio, en el que las marcas que no innovan están perdiendo poco a poco cuota de mercado. Por lo tanto, la apertura al cambio también es un valor comercial. Cuando el cambio es necesario, no hay necesidad de temerlo. Permanecer en un solo lugar es una condena que tarde o temprano mostrará efectos negativos. Para evitar esto, buscar nuevas perspectivas y mercados es una excelente idea. Con información de canademusa.org.

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